Pero hay un silencio, mudez del instante en la posibilidad perfecta del arcoiris. Vivir, morir en la penumbra del intento atroz de ser feliz. Morir, amar, crear la esperanza de la ilusion repentina. Pisos que se mueven, terremotos de ideas, acorralada existencia. Sin razon maldita. Ya no hay oxigeno y los peces caminan por el desierto. Hay unas flores mustias, resecas las hojas. La savia derretida en la mirada. Es una clorofila oscura, parda, intranquila…a borbotones. Laberinto infinito. Cansancio de arboles y de paginas inescritas. Oquedad y abundancia. Y una tela cubre como un lienzo las pupilas. Una nueva vision, un arma cargada, un latido. Un brindis por la vida.
¡Salud a ese brindis por la vida!
Muy buen escrito.
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