Ahora tengo la palabra perfumada,
hay una lluvia dulce sobre bosques de Quisqueya
y una selva virgen bajo el viento…
Ahora, creo verbos y fonemas
y una prosa amarga cada tarde
para escribir la brisa en tonos de silencios.
Ahora de letras, de signos y de aves que se duermen
sobre el hilo de la tarde mientras suenan causes,
rios de palabras y de sueños.
Hay un bostezo enorme y sin silencios
una bocanada de improperios.
Raices de humanos que no sueñan
y cantos de mudeces y de sombras.
Ahora no hay perfumes, ni aromas ni esencias…
solo este ocre olor a tu presencia.