Me resguardo
en mi propio grito
soy voz de verbos
de vuelos repartidos
voz breve, inaudita.
Cansado
silencio de voces
a lo lejos,
profana tarde
de azucenas
y gaviotas de
olas inservibles.
Peces que flotan
en la lluvia del mar
de sus sentidos
y un horizonte
que se fractura
lentamente, sin prisa,
sin desorden
sin permiso.