Veo aves
comiendo migajas
del suelo,
veo hombres sedientos
con manos al aire
pidiendo.

La vida mendiga
alimento.

Momentos de
crueles
sucesos.

No hay vuelos de aves
en el cielo claro
ni rosas perfumadas
ni rutas de fúnebres carros

Alguien camina
con lentos pasos.

Reverbera
aquella luz en el espacio
le regalo pan
al mendigo
y sostengo
a las aves en vilo…
despacio.

Intento
de ser feliz
cuando las nubes matutinas
no se han ido
y pronuncian
breves lluvias
en su murmullo
bien fino.

Tirita el ave
como si tuviera frío
y veo
una sonrisa en el mendigo.

El amor todo lo perdona
y nunca se acaba.

Hay una paloma blanca
que calla mi voz
hay una canción
que recito precoz.

Entonces
recuerdo la aurora
en noches sin luz
Entonces
recuerdo tus besos
y me llenas de luz.

Hay luciernagas besando la noche.

El amor todo lo perdona
y nunca se acaba.

Si aquellas aves
volarán mañana
o si del mendigo
la vida
no sera vana:
no lo se,
Quien?

Pero la vida
seguirá
mañana y hasta siempre.

No tengo que preguntarle
al sol en mis sueños,
se que crecerán
las hojas de nuevo
y no tan solo
en mis ojos.

Hay solos
de violines
que recorren mi ruta
en el amanecer
hay siembras de semillas
para dar
a la vida placer.

Camino por las calles
de Atlanta
buscando
la comprensión de los hombres
del mundo
igual como lo hice
en la Florida.

Hay unos delfines dormidos
en el banco de un parque
esperando mares
de abundancia al despertar.

Hay risas en las nubes del cielo.

El canto de los gallos
indican el inicio del día
y proponen mares
con olas de tus besos.

Es tibio el sol
a esta hora.

Apenas sube
y hay
este aroma
a plenitud y a perspectivas.

Ya no hay mendigos
solo promesas de vidas
abundantes
y una
esperanza
y una esperanza
como la había antes.

Hay cientos de aves
con vuelos directos
sin hambre
sin tiempos.

Es la vida
que no se detiene
Es el amor
que sigue y que viene.

Por que el amor
todo lo perdona
y como la vida,
nunca se acaba.

Es la vida
que no se detiene
Es el amor
que sigue y que viene.
Carlos Banks