El mar estaba intranquilo
y unas nubes bailaban al mediodía.
Una brisa fresca, con aroma
de arena y sal marina.
Entonces inicia la lluvia
y llega ese olor a ti.
A canela y fresas.
A trigo y mantequillas.
Hay un afán de rutas
hacia la casa.
Hay goteos de lluvias
que no descansan.
Se mueren al chocar el pavimento.
Estarán despiertos los peces
bajo el mar?
Acaso leerán mis poesias
en esta tarde intermitente?
O prefieren la lluvia
que cae, calmadamente?
La lluvia ya no se afana.
El mar
me devuelve olas
mas tranquilas,
como tus ojos negros
en esta tarde que
tu luz me esquivas.
El sol despierta
para encandilar los mios.
Y en ese rayo de luz
se va el hastío.
Tarde sin caminos
sin playas
sin aves
sin ruidos…
Solo este goteo
de tu recuerdo.
Carlos Banks
Malecón de Santo Domingo oct 2018
Bello
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