Lleno con tu luz
mis ojos
en la oscuridad.
Soy luciérnaga
errante en la penumbra
de tu cuerpo
en soledad.
Tu piel me arropa
los sueños
y tiemblo en el
trazo de las palabras
sin tranquilidad.
Retozo en la bombilla
apagada del techo.
Aleteo en el instante
de los sueños
y las ilusiones
de mi libertad.
Ojala no escuches
mi vuelo
sobre tu sueño,
sobre mi,
al despertar.
Tan solo pretendo
que duermas tranquila
sin tantos rodeos
y surjas
gaviota
en breve vuelo
de felicidad.
Sueño
con tu piel
de noche
y dejo el vuelo
y los aleteos
se me caen las alas
sobre tus pupilas.
Y recorro el destino
hacia tus labios
y tu sexo
y aprendo
el verbo que nos une
y nos encierra
en sueños en que oscilas.
Mis ojos quieren
ser guitarra
para la melodía
de tu voz.
Mis ojos
no quieren
que el tiempo
se marche veloz.
Y se escapa una lagrima
desde tu pupila
y veo una brecha
con luz
que encandila.
Y corto las horas
con tu voz que enamora
y se queman mis sueños
y no pasan las horas…
Ya no hay oscuridad
desde que llegaste
y la lluvia lloró
de tanta felicidad.
Carlos Banks