En la tarde
que marchita
la fragancia.
En la noche
que se esconde
sin sustancia.
Hay olores de flores
y de monjas
de cuentos
sobre entierros
y lisonjas.
Suenan en el reloj
repetidas horas
y en la arena
se marca
el antes
y
el ahora.
Hay vuelos a granel
y
este sueño
en la piel.
Hay vestidos viejos
para caminar
por siempre
y reojos
en mi espejos
Hay
aves pisando cielos
Hay
entierros
sin consuelos
y un sueño en la piel.
Hay
hablar de sollozos
y afán de luz
en mis ojos
Hay escasez de memoria
y este afán de la gloria
Pero sigo siendo mi dueño
y viviendo mi sueño
en este mar
de ideas
que ordeño,
con feliz ulular.
A lo lejos
suena una flauta,
y un sueño en la piel.
y un sueño en la piel.
Carlos Banks