Abierto y claro
el corazón
me llega en primavera,
soy ave
que
vuela perdida
siguiendo
el destino…
la noche
me presta
su negro abrigo
y el mar,
verde esmeralda,
el aliento
de los peces
sutiles.
Ahora
me olvido
del tiempo
y del desprecio.
Ahora tengo valor
y odio
las nubes blancas
y los seres necios.
Y danzo sobre la
luna
en la noche
del inicio
de la primavera.
Ahora siembro
canciones
y nuevas vidas
en las flores
y no me tomo en serio.
Estoy tan cansado.
Hay un fin
del camino
que no lo se
que no lo encuentro.
Entierro mis encantos
a la mirada de tantos
para que se lleven
como yo
el sabor del desengaño.
Carlos Banks